LA NUBECITA

Ha vuelto la normalidad a los barrios altos de La Rioja, donde cada vez que llueve, todas las casitas parecen adquirir un uniforme color gris de los bloques mojados sin revocar.
Paró la lluvia y los niños salen a jugar con renovadas energías para gastar y de golpe la calle y el barrio parecen cobrar vidas.
Hay niños.
Hay vida.
Hay alegría.
No hay lugares para recrearse por lo tanto, cada cual inventa su juego.
El Negrito se mete en un tanque vacío en lo mas alto de la de la calle y con un poquito de impulso rueda sin control, algunos aplauden, otros se agarran la panza por la risa y la mayoría tiene ganas de imitarlo.
Emmanuel y Juanchi juntan piedritas para formar las calles de un barrio ideal, donde hay canchas de fútbol, de básquet, plaza con bancos, flores y muchos juegos.
Sonia, Lucy y Chiquita están en la vereda armando con retazos de tela, una casita que será habitada por un gatito que encontraron mojado y abandonado.
Con un poquito de leche y muchos mimos combaten su frió y su soledad, el por su parte con su mansedumbre y ronroneo parece devolver ese cariño mientras todos recorren su suave pelo.
Cuando la tarde se aleja y la oscuridad avanza, todos se amontonan en la vereda de Pedro que tiene una solitaria lamparita que da a la calle y los ilumina.
En los barrios hechos con el esfuerzo de sus habitantes, no hay pavimento, ni alumbrado publico, las paredes tienen el color gris uniforme, por eso cuando se quedan sin poder jugar debajo de esa lámpara se reúnen a contar cuentos, aventuras de la escuela y a veces sus tristezas.
Roció que ya tiene 11 años mira hacia arriba y ve que en el límpido y estrellado cielo que de a poco se fue despejando, viaja sola una blanquísima nube y les propone a todos. “Chicos juguemos a que esa nube que esta allí es nuestra y que tenemos el poder de guiarla y hacer con ella lo que mas nos guste”.
, "Heee que lindoo" grita Juanchi.
Emmanuel dice “Yo subiría a la nube y me iría a la casa de mis abuelo, los levantaría y los llevaría a algún lugar donde el Abú se cure porque desde que el no puede caminarse puso mal y yo ya no tengo donde ir a recibir cariñitos cuando en mi casa me retan porque algo me sale mal. Al Abu le gustan las montañas así es que lo llevaría a que las mire desde arriba, los que viajaron en avión me dijeron que se ve muy bonito y eso lo alegrará mucho".
Juanchi que se caracteriza por ser el mas loco de la barra dice.
“Yo me subo a la nube y recorro los lugares donde están esos pillos que se quedan con lo que es de todos nosotros y los persigo.
Y los empapo con un chaparrón.
.Y les saco la lengua y me voy”.
Luego de las risas Chiquita dice. “Yo quisiera buscarlos a los niños que hoy llegaron a la escuela caminando, mojados a la escuela de mi barrio con 5 minutos de atraso y la dire les cerro la puerta en las narices, también lo llevaría al niño que no llevo su taza a la escuela y por eso no le dieron la leche, yo lo vi llorando en el patio”.
Lucy pensativa y seria les dice. “Yo subiría con mi mamá y mis hermanitos y me iría a recorrer lugares desconocidos con aroma a musgos y jarillas después de la lluvia y para que ella deje de estar triste le diríamos que invente juegos para revolcarnos como cuando estamos en su cama y como sorpresa la haríamos soplar una velita con los colores del arco iris y cortar una torta grande con chocolate y ananá”.
A Sonia es a la que mas le cuesta alegrarse, por eso todas las tardes busca a alguien con quien compartir juegos o ayudar a los mas chicos con las tareas, ella tiene dolores para los que todavía no tiene edad y es atroz.”Yo quiero subir a toda mi familia y viajar, viajar no importa donde, lo que quisiera es ir donde mi papá tenga trabajo por que desde que el se quedo sin trabajo en casa ya no hay alegría. El se pone nervioso y discute y yo se que es por eso.
Cuando trabajaba y cobraba si estábamos durmiendo nos despertaba para que toemos helados, comamos pizzas o a veces un pollo. Nosotros éramos felices con eso, pero ahora ya casi no habla y cuando le mostramos nuestros cuadernos parece no importarle.
Mi mamá me dice que le da mucha vergüenza ir a la casa de mis abuelos a pedirles cosas para nosotros”.
Roció dice: “Después de escucharlos a ustedes yo pensé en volar con la nube y traerlos a los reyes magos, a coquena, al ratón Pérez, al principito, al flautista de Amelin, al topo y les pediría que nos acompañen a todos los niños a hacer una movilización grande, grande como esas de los jóvenes que se ven en la tele y con pancartas pidamos a los poderosos del mundo que terminen las guerras, el hambre que el dinero de las armas lo usen para curar a nuestros abuelitos. Que les den un lugarcito con amor a los niños que viven en la calle, a los enfermos que no nos hagan creer con dibujitos que la muerte y la guerra benefician.
Que nos eduquen en el amor porque. SE ES NIÑO UNA SOLA VEZ EN LA VIDA PERO NO SOLO UN DIA EN EL AÑO”

Eduardo Chavarria.

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